Quizá ustedes no se han dado cuenta, caracoles, pero ahora soy un poco más piedra que antes. Siempre he sido una tía aparentemente dura y, bueno, supongo que tanta coraza ha ido entrando poco a poco en mis entrañas hasta convertirme en eso, en un poco piedra. No obstante, lo que somos, las cosas o aspectos que nos definen son variables y se manifiestan en mayor o menor medida en función del contexto circundante, afortunadamente. Y es que el caracol es, como todo el mundo sabe, un ser relacional.
Por eso acepto con el mejor de mis talantes que, a pesar de mis momentos piedra, también tengo mis jornadas arcilla. He de reconocer, eso sí, que no me agrada el hecho de que estas últimas se manifiesten con todo su esplendor en el mismo contexto una y otra vez de un tiempo a esta parte: las clases de Español para Erasmus.
Déjenme advertirles antes de nada que, en contra de los comunicados que ha emitido mi santo padre, ni me he convertido en catedrática de la noche a la mañana, ni tengo un despacho para mí sola. Doy clases de Español en la universidad, sí, pero podríamos decir que mi culo dista mucho de estar dentro de dicha institución. Y lo que les digo, soy una profe blanda.
Soy de las que creen en abuelas de alumnos que enferman cada dos por tres -¿quién soy yo para dudar de un alumno que viaja dos semanas a su país de origen para visitar a su abuelita enferma?-. Y es que hay que ver lo que cambia el cuento desde la pizarra, caracoles. Además, confiesoles que me muero de envidia cada vez que entro en el aula y les veo. Y ellos lo notan, claro que lo notan. Bajo ningún concepto querría yo volver a ser alumna universitaria pero, ay, no sé, lo de los Erasmus es otro mundo.
El caso es que, como les digo, en el aula soy arcilla. Piedra y arcilla. Arcilla y piedra. Con papeles. Sin papeles. Caminar sobre las hojas del otoño es romántico y también resbaladizo. A veces un cielo, como dice la canción. En fin, caracoles, todo esto era una excusa para empezar la mañana celebrando la personalidad múltiple con la que, mal que nos pese, todos comulgamos de vez en cuando. Celebrándola, sí, porque si no puedes con el enemigo, tendrás que unirte a él.
¡Que tengan un buen día!
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 16 horas
3 comentarios:
no sabías que eras proferasmus, tiene que ser divertido!
buen día para usted tambien.
¡Qué bonito Nata!
¿Acaso tiene algo malo el ser blanda? Que nos hace más vulnerables, vale; pero también nos propia más momentos de felicidad, así que asumo el riesgo.
Un abrazo, Montse
Sí, supongo que tienes razón, Montse. Yo lo asumo a medias... :)
Al escondite inglés! Un, dos, tres, nadie me ve!
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