miércoles, 14 de enero de 2009

"Por encima del bien y del mal"

No me desdigo de lo dicho sobre la otredad hace dos “cosas de caracoles” pero, qué quieren que les diga, a veces me repugna compartir ciudadanía –humanidad- con según qué personas. Y es una verdadera lástima que no pueda instalarme en Un mundo mejor para los caracoles de todas todas. Porque a más de uno le tiraba yo la paella de mi madre en toda la cara (con paellera incluida). Puede que yo sea un poco chula, que lo soy, pero de violenta no tengo ni un pelo y, fíjense en lo que les digo, ganas me dan de plantarme en Ciudad Real y ponerme a dar hostias como fundas de piano.

Bueno, a decir verdad, la fuerza física siempre se me va por la boca y, además, por principios y convicciones, no echaría mano de ella pero, lo que les digo, de buena gana me plantaba delante de tres o cuatro siquiera para formular la siguiente pregunta: ¿te has planteado alguna vez qué clase de persona de eres?

Y, sí, yo no soy dios ni ganas tengo de serlo, tampoco soy el perfecto individuo ni el modelo ideal de ciudadano de 2009. Soy una persona consciente de que las posibilidades de actuación son ilimitadas y, por lo tanto, intento elegir todas aquellas que son más saludables para mí y para mi entorno y, sobre todo, todas aquellas afines a los principios y convicciones que han hecho que mi naturaleza sea muy distinta a la de ellos. Por eso, aunque soy una más, me atrevería a decirle a más de uno “¿te has planteado alguna vez qué clase de persona eres?”.

No contentos con despedirlo y vetarle, ahora van y lo demandan. De momento han sido dos: la primera vino de la mano de Carmen García de la Torre, que lo acusa de consentir supuestas injurias y calumnias de terceros; la segunda, de León Triviño, que ya no sólo va por los terceros sino que también acusa directamente a Otto por las injurias y calumnias (ejem) vertidas en el artículo en cuestión. Supongo que la tercera, la gran estocada, la firmará el mismísimo Díaz de Mera y entonces todos ellos, una vez más, habrán hecho gala de la calidad humana que impera por ahí arriba, allá donde todo vale y donde nada importa. Para quitarse el sombrero.

Quizá con lo de pedir 6000 euros por barba para destinarlos a una ONG que se ocupe del auxilio de niños o ancianos han pensado que su imagen no sólo no podría verse dañada, sino que, además, se limpiaría. Porque, insisto, Carlos Otto no fue despedido por mentiroso. Pero tampoco en esto han acertado. Bien podrían pasar por esa clase de adultos que los treinta ya no los cumplen y van por ahí dando lecciones de moral a los demás: su honor y su dignidad han sido menoscabados y eso es algo intolerable. Casi podría colar pero, claro, no cuela.

Tamaña persecución, viniendo de quien viene, sólo puede tener una explicación: niño, no sigas por ahí.

Pues van listos, oigan.

Tú tienes piojos, ellos no.

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Pueden menear aquí

4 comentarios:

ottoreuss dijo...

Y la tercera, efectivamente, acaba de llegar

ottoreuss dijo...

http://ottoreuss.blogspot.com/2009/01/injurias-y-calumnias-3.html

Anónimo dijo...

NATALIA FELICIDADES POR TU ARTÍCULO. EFECTIVAMENTE NO SE CONFORMAN CON DESPEDIRLO Y VETARLO, ADEMÁS QUIEREN ARRUINARLO... SOLO POR DECIR VERDADES COMO PUÑOS. ¿QUÉ TE PARECE QUE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA SIGA CALLADA? EN MI OPINIÓN SON IGUALES QUE LOS QUE HAN DENUNCIADO A OTTO, PORQUE POR CULPA DE ESTOS SILENCIOS ESTOS EMPRESARIOS SON MÁS FUERTES

¿Quién? dijo...

Gracias anónimo, esta situación es lamentable y, bueno, es muchas cosas más... uf.

En cuanto al chiste ese que es la Asociación de la Prensa de Ciudad Real, qué decir..

Qué puto asco