viernes, 11 de julio de 2008

Yo para ser feliz quiero un camión



No sé de dónde estoy sacando las fuerzas para escribir estas líneas. Estoy tan decepcionada… Por más que lo intentase, caracoles, creo que no podrían entender lo que siento en estos momentos. ¿Han visto el último anuncio de coca cola? ¿Saben quién aparece? Loquillo, el viejo rockero que hizo historia de una actitud. Ese grandullón que para ser feliz decía no necesitar nada más que un camión… Ahí lo tienen, publicitando la coca cola. No quiero pensar qué será lo próximo.

El hecho de que mi época bakala se extendiese hasta bien entrados los dieciocho (como bien apunta Laura en la entrada anterior) ha tenido importantes repercusiones en mi vida posterior, entre ellas la de llegar a Loquillo y los trogloditas demasiado tarde. Estoy segura de que me hubiese ahorrado más de un sinsabor de haber topado con el rock mucho antes. En fin, supongo que tendré que consolarme con el hecho de que el rock llegó a mi vida, aunque más tarde que temprano.

Yo, como todos, tengo mis bandas sonoras, mis melodías y mis letras y, sin duda alguna, puedo decir y digo que “Quiero un camión” ha sido fundamental en mi formación como individuo (¡gracias Álvaro!). No puedo decir que mis oídos sean demasiado exigentes (ya saben, fui bakala tiempo ha) y asumo que esta canción dista mucho de ser uno de los mejores temas del grandullón pero hay que ver el buen rollito que me entra cada vez que la escucho.

En general, todo lo que envuelve a este buen hombre me ha influido positivamente, ha sido todo un referente en mi vida. Un tipo sencillo, un poco macarra y al mismo tiempo sensiblón. No sé, una persona que tiene cosas que decir y no se las da de nada. ¡God save Loquillo!

Y ahora me viene con anuncios de coca cola, ¡no me jodas, Loco!

No es que yo tenga algún problema personal y directo con este tipo de multinacionales que llenan sus bolsillos con estrategias de mercado muy poco lícitas pasando por alto incluso los derechos humanos. Es más, si no hubiese coca cola yo no podría beber calimocho y eso sí sería una verdadera tragedia. Lo que ocurre es que me hierve la sangre cada vez que veo a alguno de estos desalmados recurriendo a conceptos tan importantes como la felicidad para vender una maldita bebida refrescante.

Soy consciente de que nos ha tocado vivir en una época de capitalismo feroz y también soy consciente de que poco puedo hacer yo para detener esta vorágine. A lo sumo puedo decir “jo, dejad de crearnos necesidades que no tenemos”. Quiero decir que, ni con la actitud más esperanzadora, creo que pudiera cambiar esta realidad. Eso sí, lo que me parece intolerable es que pretendan que asociemos un mensaje tan vital como “just do it” a unas jodidas zapatillas; la felicidad, a una bebida marrón o la inteligencia, a un coche.

Está bien, ustedes intenten vendernos lo que quieran pero, por favor, no vayan a tocarnos ninguna fibra sensible. Ofrezcan sus productos de la mejor manera posible sin hacernos olvidar que el fin último de su mensaje es ése, vendernos un producto. Utilicen el ingenio y la perspicacia para convencerme a mí, adicta a Kellogs, de que los cereales de Nestlé son los más sabrosos pero no le hagan creer a mi madre que la querré más si me compra unos Golden Grahams.

Eso no se vale, queridos peces gordos.

Ignoro dónde empieza y dónde acaba el límite pero, eso sí, hay un límite y tenéis la obligación moral de respetarlo. Es fantástico que el entorno invite a reflexionar sobre la ecología o el amor; sin embargo, ya se sabe, ni el fin justifica los medios, ni los medios el fin.

¡Y devuélvanme a Loquillo ipso facto!

7 comentarios:

ASR dijo...

ay, Loquillo loquillo. Este hombre (tengo una versión directa de lo que voy a contar) es un poco mafiosillo. Es decir la amenaza, la violencia, etc.. están en su manual de comportamiento. Después de esto me espero cualquier cosa de él. Coca-Cola, como dices, no entiende de DDHH.. Saludos

Sonia dijo...

"Yo para ser feliz..." y "Y qu´e fant´astico dar vueltas nananana..." son letras que siempre entonaste t´u y en un siempre que se prolonga en el tiempo de un viaje entero, por ejemplo. Y qu´e gusto. El caso, me interesa eso que no entiende Coca-Cola pero, de verdad creo que beberla me hace mejor persona. Lo digo de verdad. L´astima que la dirijan peces grandes. Me encantar´ia defender la coca-cola, "el agua sucia del imperialismo americano", y s´e que es muy dif´icil pero pero pero... no s´e, en realidad tengo muchas dudas con respecto a la postura que uno debe tomar ante bebidas, cereales, coches y zapatillas y con respecto a lo que su existencia supone. Con todo tengo claro que beber Coca-Cola me hace ser mejor persona. Ahora, ¿ser mejor persona? desde la perspectiva de uno mismo y para su consecuencia incluye muchos m´as vicios y lamentaciones. De veras, tengo muchas dudas.

Anónimo dijo...

No es Loquillo. Es su gemelo malvado.;P

¿me hace usted un favorcillo?. ¿Cómo se consigue una licencia de ésas de Creative Commons?
No es que el contenido de mi blog sea muy allá pero, si el precio es modico, estoy dispuesta a ponerle candados, por si acaso.
saludillos.

ottoreuss dijo...

sin_anchoas, la licencia Creative Commons, por supuesto, es gratuita. Puedes entrar en http://es.creativecommons.org/licencia/ para informarte de las distintas variables que puedes elegir. Y cuando quieras escoger una licencia, entra en http://creativecommons.org/license/?lang=es . Ahí vas eligiendo todo y, cuando termines, te dice qué licencia has elegido y te da un código html para que lo metas en tu blog :D

¿Quién? dijo...

Pues eso, sin anchoas. Para cualquier otra duda sobre propiedad intelectual: www.ottoreuss.blogspot.com, no lo dudes.

Álvaro Ramírez dijo...

...pobre Loquillo...de momento está a salvo...
...de momento no llega al nivel de sandeces, desvaríos, despropósitos y majaderías de otros...

No More Heroes...

Srta Quincampoix dijo...

jo, pues he de confesar entre flagelaciones que a mí ese anuncio me encantó
"fuiste pionera en llevar pantalón pitillooo"
pero ahora te leo y digo: Oño, lleva razón.

Ayer firmaba yo una petición de greenpeace para que los anuncios de coches también digan la verdad. ¿Qué verdad? Que contaminan y que no le hacen ningún bien al medio ambiente. Y sí, los coches son necesarios, pero se puede limitar la mierda que generan y los anuncios están en la obligación de no vender un paisaje verde y sano del que no participan.

Anyway, ahora me tomaba yo felizmente una cocacola...
:)