Aunque no gusto de releer lo que escribo una vez publicado en este nuestro blog, ayer, entre llamada y llamada, me entretuve echándole un vistazo a las entradas más antiguas. Como el servicio de mensajería express está un poco muerto en estas tardes de agosto, también releí las más recientes.
Entre las muchas cosas que recordé y descubrí en este flash back me percaté de que, sin apenas darme cuenta, las entradas siguen cierto hilo argumental. Cierto. Llegado este punto de mi monólogo interior la pregunta estaba más que cantada:
- Nenica, ¿ahora cómo cierras el episodio de quijotes y sanchos en el que te has ido metiendo?
-¿Cómo?
-Sí, sí, no te hagas la tonta. De alguna manera tendrás que concluir todo eso sobre vivir en la realidad, en la ficción o hacer de todo ello una sola cosa. ¿A qué te referías, pues, con la historia de Juanair, las clases de aterrizaje y demás?
-Pues me refería a la historia de Juanair y a las clases de aterrizaje de Amelia y yo, está claro.
-Entonces, ¿gana la ficción?
-No te enteras de nada, eh. A ver, la cuestión era que nuestro antiguo piloto debía enseñarnos a aterrizar a mi madre y a mí porque ni la ciencia infusa ni ningún Sancho iba a venir a darnos las claves que nos faltan para poder pilotar un avión como dios manda.
-Sí, sí, claro.
¬Dhl express, buenas tardes, le atiende Natalia Alarcón, ¿en qué puedo ayudarle?
Pues eso, caracoles, entre ficciones y realidades -entre quijotes y sanchos y molinos o gigantes- yo me quedo con Juanair, que nos ha enseñado a pilotar felizmente en un tiempo record. De todo, me quedo con esto y asimilo aún más conscientemente un nuevo verbo: caracolear.
Recorriendo este blog me he dado cuenta de que aquí están todas las claves que necesito para saber que “yo sé quién soy”, como decía el amigo don Quijote. Algunas son reales y algunas, ficticias, pero todas ellas son una sola cosa: claves. Y todas ellas me las he dado yo; al cabo, eso es lo que cuenta.
-¿Puedo ayudarle en algo más, Alberto? Gracias por llamar a Dhl express, buenas tardes.
A pesar de que hasta hace bien poco no les había hablado directamente de Juanair, Juanair y su mirada han estado muy presentes en este blog. Por si no se han dado cuenta, les diré que nuestro antiguo piloto y ahora maestro de pilotaje, es un amable término medio en el que confluyen los caminos más importantes de mi esencia como individuo: la esencia real y la esencia fantástica. La esencia. Habrá quien no necesite construirse una mentira para sobrellevar la agresividad del día a día. Siles soy sincera, yo tampoco la necesito, pero se me da mejor vivir así: con los pies en la tierra y un mundo mejor para los caracoles entre las manos, el corazón y la cabeza.
Y ahora me voy a Cuba, caracoles. Juanair nos ha dicho que estamos más que preparadas para sobrevolar el Atlántico. Confieso que, debido a la tragedia ocurrida en Barajas, mi madre y yo hemos tenido nuestras dudas. Nuestros miedos. Sin embargo, hemos aceptado que, bajo ningún concepto, podemos consentir que ése, el miedo, se apodere de nosotras. Tanto Amelia como yo, esperamos que todos aquellos que ahora ya no son porque han muerto, hayan sido alguna vez porque han vivido.
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 12 horas
1 comentario:
tú a Cuba y yo al ECOPOP!!! uooooooo
Publicar un comentario