Estamos inscritos en un concurso, caracoles. No sé si esta decisión la tomó mi lado más inconsciente (el mismo que optó por Alemania en vez de, qué se yo, ¿Tomelloso?), el más idealista, el ambicioso o el caracol, el caso es que nuestro blog, junto a otros ochocientos y pico, opta al premio de “mejor blog personal” en www.20minutos.es y,¿saben qué? Dejando a un lado los sudores y lágrimas invertidas en elegir una de las categorías y descartar las restantes (¿por qué no iba a ser ésta una página sobre deportes? Hemos hablado de Rafael Nadal, hicimos la correspondiente crónica sobre la Eurocopa…?), he de confesarles que este concurso está generando gran cantidad de conflictos en mi persona.
Me gusta saberme escritora, caracoles, pero aún no he alcanzado a saber qué pretendo hacer con lo que escribo o, mejor, si pretendo hacer algo con lo que escribo. Un mundo mejor para los caracoles es otra cosa, eso lo tengo casi claro. Caracolear, como ya les dije, es una reciente y reconfortante actitud ante la vida con la que intento filtrar el día a día. En este caso, pues, la escritura no es más que un medio para conseguir ese fin (caracolear) dentro del universo que es internet. De esta manera, desde esta perspectiva, inscribir nuestro blog en un concurso sólo puede ser un sano vehículo para conseguir que algún que otro cibernauta con aires de caracol se una a nuestro club.
Ay, pero no todo es tan aparentemente sencillo porque, aunque Un mundo mejor para los caracoles es otra cosa, también es escritura. Y es que todos los puntos acaban uniéndose, amigos. Por eso, después de rechazar una y mil veces a los pesaditos de Anagrama que no dejan de insistir en que les mande los borradores de las tres novelas, cuatro ensayos y cinco epistolarios que llevo escritos, no puedo evitar reprocharme participar en este concurso que les digo.
¿Que por qué rechacé a Anagrama? Pues porque, tras mucho pensar, tras mucho intentar responderme a “¿para qué escribes, Nata?”, sólo pude atinar a contestarme lo que sigue:
Escribo pa´ mí y pa´ mis colegas. No les voy a soltar el discursito de que no quiero ensuciar con dinero lo que para mí es un verdadero placer, aunque algo de eso hay. Sólo puedo decirles que, a día de hoy, escribir es algo tan puro para mí, tan esencial, que no estoy dispuesta a consentir que se contamine lo más mínimo.
Pero, claro, lo de la pureza es muy discutible y lo de que los puntos acaban uniéndose es un hecho comprobado y, además, Un mundo mejor para los caracoles ya está expuesto a la contaminación y también es algo más que escritura y, luego, hay textos que escribo sólo para mí y otros que no son sólo para mí pero no acaban de encajar en esta página y… Ay, qué lío, caracoles.
En fin, como la última opción es la de dar marcha atrás, seguiremos inscritos en dicho concurso. Eso sí, ahora mismito acabo de arrastrar con el ratón En primera persona desde “Asuntos pendientes” a “Oh my God!”, la carpeta de la Mesmedad en la que están todos aquellos puntos que aún no se han unido.
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Gracias a todos aquellos que me han informado sobre Lulús y sucedáneos. Quizá algún día, en otro giro, en otro punto.
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 2 horas
1 comentario:
Y pa' mí, así que no dejes de hacerlo, porfa. Un beso, Montse
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