El comentario que ha dejado nuestro amigo P en Con tacones y a lo loco me ha alarmado de tal manera que me he visto obligada a responderle en una entrada nueva para evitar que los P del mundo que visiten este blog y no lean los comentarios sigan viviendo en tamaño error. ¡Hay que acabar cuanto antes con esta gran confusión! Agárrense, por favor: la misión de la mujer en la tierra ya no es proporcionar felicidad al hombre.
Querido P, siento comunicarle que adolece usted de una enorme falta de sensibilidad del universo femenino de hoy en día. Las mujeres del siglo XXI pretenden dominar el mundo, con decirte que a mí me dan más miedo que ese mindundi de Bush… Sus antecesoras, entre las que supongo también habría alguna que otra inepta, comenzaron una lucha por la no discriminación entre sexos y ahora ellas han degenerado la causa hasta límites insospechados.
Hay que hilar muy fino para unir la discriminación positiva que todo lo inunda actualmente con el plano sexual pero, al final, encaja. Vayamos poco a poco:
Como nadie haga algo pronto, la mujer del siglo XXI acabará incluso con la tradicional postura del misionero. ¡Menuda desfachatez! qué manera tan vil de someternos a ellos, habrá(n) dicho alguna(s) de ella(s).
La mujer de ahora no sólo tiene que imponer sus reglas en la cama abriendo y cerrando fronteras a su antojo, además, la mujer de ahora no debe intentar complacer a su acompañante bajo ningún concepto o será tachada de esquirol por las demás. Es aquí, querido P, donde podríamos entender que la señorita Cerruto hace su gran aportación a la causa: las mujeres disfrutan más del sexo que los hombres.
A partir de ahora, llegado el momento del “¿te ha gustado?” La mujer del siglo XXI aprovechará para clavar su estoque final diciendo “por suerte, hoy llevé mis tacones de aguja durante todo el día y, a pesar de tus ridículos esfuerzos por satisfacerme, pude llegar al orgasmo”.
Me juego el brazo derecho a que finalmente este colectivo, el de la mujer del siglo XXI, acaba vendiéndonos el onanismo y la fecundación in vitro como la solución perfecta para ganar la tan mal entendida lucha por la igualdad de género. Y que me corten el izquierdo si alguna vez dejo de ser un caracol y me convierto en una mujer del siglo XXI.
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 17 horas
5 comentarios:
Sí, vale, leí lo de la uróloga: lo que dije no sólo no tiene que ver sino que es una chorrada. Me parece fenomenal que las mujeres vayan de puntillas para robustecer la pelvis, como el que se cuelga pesas de la polla para alargarla: sí, amigo, ésa es la solución. En cuanto al feminismo y todo ese rollo: Pues vale, pues comparto tu punto de vista, esa ironía me doblega la crítica, oyes.
Lo del feminismo me da a mí que se está pasando de moda, desde que dejaron de emitirse Ally McBeal y Sexo en NY todo se ha diluido=popularizado=prostituido; ha dejado de defender a las mujeres a las que les mutilan el clítoris o les niegan el derecho a votar para convertirse en la reivindicación de la maruja progre que se libera comprando en el Zara y que dice que tiene más cerebro (sic) por ser mujer: "mujeres al poder"; venga, como sean éstas últimas vamos aviados. Por no hablar del papel de las feministas como organización censora oficial del reino.
Por otra parte, que desvarío, que no me merezco yo un artículo dedicado a mí, que no entiendo... bueno sí: lo que dije fue solo por la confusión que causaba el título de la doctora: uróloga. Sólo era eso, vamos, que sobre el placer que las mujeres puedan o quieran regalar o regalarse no quise hablar.
Diré en tu favor que me costaba creer que defendieses esa postura :)
greetings to Michigan!
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Este último comentario es el mejor de todos los que he visto por aquí en la historia del blog. Sabio, claro, conciso y eficiente.
No podría estar más de acuerdo, ot.
Y mira que es corto, eh...
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