sábado, 20 de junio de 2009

Se acabó la crisis


Libertad, muerte o vida. Esos son los tres temas que vengo barajando durante las últimas horas. Voy a escribir sobre la capacidad de libertad que habita en cada individuo. No, mejor les voy a hablar sobre la comunión entre la muerte y la vida. La vida eterna es una pérdida de tiempo. Ésa es la pared de mi habitación, caracoles. Una decoración que podría parecer un tanto macabra de no ser por que el diseño fue fruto de un impulso de socarronería mayúsculo por mi parte.

Libertad, muerte o vida. Como ya habrán podido deducir, caracoles, estoy un poco tonta. ¿Se acuerdan del post “De días tontos”? Bien, pues, anoche empecé a escribir una entrada casi idéntica. Al tercer párrafo caí en la cuenta de que me estaba repitiendo (como tantas otras veces), con todo, seguí escribiendo porque me gusta la sensación de saberme monotemática en determinados asuntos, no obstante, poco a poco la cosa dejó de ser un caracoleo y se convirtió en un documento más de “Aprende a vivir de una puta vez”, una de mis carpetas favoritas.

Luego me fui a dormir y esta mañana me he levantado pensando si libertad, muerte o vida. Quiero decir que me he levantado igual de tonta que me acosté a pesar de que lo escrito anoche debería haberme ayudado a disipar la tontería. La vida eterna es una pérdida de tiempo. Ésa es la pared de mi habitación, caracoles.

Están a punto de dejar de leer este post, ¿verdad? No se corten, les entiendo perfectamente. Eso sí, déjenme advertirles que ahora llega “lo bueno”. Después de una semana horrible y a pesar de haberme levantado tan tonta como me acosté, esta entrada empieza a querer ser el punto de inflexión. ¿Cuántos buenos consejos han regalado ustedes a los demás y luego han sido incapaces de aplicarse siquiera una mijita a su propio proceder? A mí a veces me pasa eso con la carpeta “Aprende a vivir de una puta vez”: lo pienso, lo escribo y, en el mejor de los casos, suelo tardar en llevarlo a la práctica. En el peor, me hago la sueca.

¡Se acabó la tontería, caracoles! Sirva este post como nuevo punto de arranque. Sirva la capacidad de libertad que habita en cada individuo para construir un mundo mejor para los caracoles. Sirva la comunión entre la vida y la muerte para darle la bienvenida a Edurne a ritmo de lo que sea para que una vez más, papa, nos quiten los bailao. Viva la decoración de mi habitación mientras sea fruto de un impulso mayúsculo de socarronería por mi parte.

Viva la no eternidad que tanta acción genera.

Disfrútense, caracoles.

5 comentarios:

ottoreuss dijo...

Ea, si es que lo bueno de los consejos es que puedes darlos pero no aplicártelos a ti mismo.

Por cierto, cógeme el teléfono, pendeja.

Sonia dijo...

Sí, no hay por qué. Entonces ya ha venido Edurne?

Es la primera vez, si mal no recuerdo, que apelas a tu padre directamente. Quiero decir que es la primera vez, insisto, si mal no recuerdo, que has hecho a tu padre tu receptor.

Abrazo

Montse dijo...

Ay, Nata, quizá, en el fondo, la vida no es más que el tránsito continuo de los días tontos a los días listos y viceversa, no crees? Por lo que respecta a lo de los consejos, no sé si te consolará pero nos pasa a todas/os, por eso me hacía tanta gracia (y me sigue haciendo) la carita que poníais como alumnas/os cuando os hablaba de cosas de la vida y creíais que yo era sabia y experta en vivir, ¡ay!

Un abrazo y aquí estamos para lo que quieras. Montse

Anónimo dijo...

¿Tienes apnea del sueño?

Rod

¿Quién? dijo...

Pues que mal que los consejos carezcan de la condición reflexiva, por decirlo de alguna manera,jo.

Mmmm, sí, creo que es la primera vez, so.

¿Apnea? ¡wikipedia al canto!