Ya tengo un bar en Albacete, caracoles. Zodiaco se llama: cafés a un euro, zumos de piña a euro y medio y montados a dos euros. Vaya, un bar con precios y ambiente de bar y una mesa al fondo que dice “aquí, Nata, te estábamos esperando”. Parece ser que las cuatro consumiciones consumidas no han sido suficientes para recibir el trato agradable del que será mi camarero en repetidas ocasiones. Con Antonio, el camarero de “Rincón de luna”, mi bar de Ciudad Real, también atravesé la fase iniciática de amabilidad y corrección al principio para después adentrarnos en un trato amigable a base de las conversaciones triviales y típicas que podrían tener dos conocidos cualquiera. Lo mismo con Roberto, el camarero del “Cine Morelos” y, bueno, lo mismo que ocurre en este tipo de situaciones, ya saben.
La persona responsable de ponerme el café solitario de las mañanas y alguno que otro en compañía por las noches aún no sabe que se ha convertido en tal cosa. Seguramente para él este hecho no tiene la más mínima trascendencia, ni para él ni para la parroquia que allí se junta, pero para mí sí la tiene.
No hay mejor radiografía o, al menos, no hay radiografía que más me interese a mí, que la que se puede hacer desde un bar. Eso sí, no oirán de mi boca sentencias tan ridículas y estúpidas como “todo lo que sé lo aprendí en un bar” (o en la calle, tanto me da); no obstante, creo firmemente que de la observación emitida en un café cualquiera puede extraerse una suculenta información del lugar, de la población y de los individuos. Y en ésas estamos; de momento, sólo puedo decir que Albacete me parece una ciudad amable. Seguiremos informando.
Además, si tengo “mi bar” ya me siento instalada en el destino en cuestión y, cuando lo que una necesita es sentirse integrada en lo que sea, instalarse de todas todas en un sitio es casi vital. Vivir entre tiene su encanto, como también lo tiene vivir en y sucede que a mí ya me iba apeteciendo esto último. Y no se trata de que estuviese mal en Socuéllamos, porque no lo estaba; pero, claro, no es mi sitio. Socuéllamos es mis raíces. Eso es lo que es, ni mucho ni poco, ni mal ni bien.
Al mismo tiempo, me resulta inevitable echar una miradita a estos últimos meses y añorar los cafés con mi madre, las compras con Ana, mi hermana, las risas con mi hermano Raúl y las charlas con Nerea. En estos momentos estaría bailando alguna canción de Black & Peas con otra de mis sobrinas, Marta, o riéndome de la vida y de la muerte con mi padre mientras los dos disimulamos malamente las ganas de llorar y el miedo.
Y Ciudad Real, claro.
Para no hacer ningún drama de mi traslado, mantengo la comunicación extrasensorial con Amelia (y, por supuesto, las paellas de fin de semana) y hago lo propio en Albacete: estudio alemán, le doy al teclado, salgo con mis compañeras de “Teléfono de la Esperanza-Digitex”, veo Muchachada Nui con mis compañeros de piso y supero uno de mis tres grandes miedos irracionales con Quita, la perra de la casa.
Peter dice que le pusieron ese nombre porque sus ladridos quitan el sueño y Elisa, porque su presencia quita las penas. Yo todavía no me decanto por ninguna de las dos etimologías; a lo sumo digo que Quita quita el miedo. Le acaricio la panza y dejo que juegue con los cordones de mis zapatillas pero sólo le hablo cuando no hay nadie más que ella y yo en casa.
Y Ciudad Real, claro.
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 8 horas
6 comentarios:
Es absolutamente g-e-n-i-a-l que sólo hables con el perro cuando nadie te oye. Es ese tipo de detalles enternecedores y auténticos...(insértese aquí una parrafada sobre los valores de la buena literatura)...
Me ha encantado.
Un abrazo.
Nata, me tienes hecha un lío, ya no sé que es realidad y qué es ficción en tu vida. ¿Ahora vives en Albacete? ¿Y eso por qué?
En cualquier caso, escribes "que te cagas" aunque algún pedante profesor que tú y yo sabemos diga que ese tipo de expresiones es impropia de una profe y que habría que decir que escribes "rutilante", jajajaja. Será más propio de un profe ir borracho a clase, no te digo.
Un abrazo, Montse
Black EYED Peas!!!
guau guau!!
, claro.
...
jo.
Ups, Black Eyed Peas, efectivamente...
Nada de ficción, Montse! Estoy en Albacete, sí... Invitada quedas, por supuesto
P.!
So!
Pero qué haces allí? No se te ocurra no presentarte a los exámenes de las opos, que en lengua trabaja todo el mundo, así que... ¡que no me entero yo!
Y cuéntame, qué haces allí? No estabas estudiando alemán en Ciudad Real?
Por cierto, la invitación a Albacete te la agradezco pero me reservo para cuando estés en Alemania, jajaja.
Saludos, Montse
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