Tengo una madre que no me la merezco, caracoles. ¿Saben cuál era la sorpresa que e había preparado para este fin de semana esa santa mujer?
System Ali. Además de elegir el destino, mi madre se puso en contacto con el grupo de música formado por palestinos e israelíes que conoció en las puertas del Viña aviv rock en nuestro viaje a Palestina.
El destino fue Nápoles. Los miembros de System Ali fueron hasta el aeropuerto de Socuéllamos y desde allí todos nos montamos en “El caparazón del caracol” (nombre con el que recientemente hemos bautizado al avión que compré gracias al dinero que me cedió la UCLM y que tan bien estoy administrando) rumbo a Italia.
Como viene siendo habitual, preparamos la tradicional paella para degustarla con todos aquellos que por inercia, destino, necesidad o mala suerte se encontrasen en suelo napolitano; eso sí, esta vez contábamos con ese pedazo de banda que es System Ali y con ese pedazo de mensaje que transmite System Ali y, claro, el arroz nos supo mucho mejor. ¡No vean qué jolgorio! Desconocía la faceta rapera de madre y he de reconocer que me ha sorprendido gratamente.
En cuanto a Nápoles, qué les puedo decir, caracoles. Siempre me cautivó la magia italiana con sus pizzas y su verborrea y, sin embargo, en ningún momento pude olvidar que si estaba comiendo paella en vez de raviolis con queso parmesano es porque esa Italia que se vende también adolece de una enorme falta de humanidad. En todas partes cuecen habas, dicen.
Poco pudimos hacer para evitar el abuso del tres veces elegido Fascista Berlusconi que ahora ha tenido la genial idea de deportar a todo aquel que no tenga los papeles en regla y no reporte beneficios a la nación italiana; nosotros animamos al personal a no rendirse y también nos prestamos para sacar de allí a todo el que quisiese. La cosa se pone fea y nadie se atreve a pensar cómo ni adónde será esa deportación. Una cosa es volver y otra muy distinta es que te echen. Una cosa es ganar poco dinero y otra muy distinta es no tener ni un mínimo de calidad de vida.
La guinda del evento la puso Saudade. Incluso los chavales de System Ali se quitaron el sombrero una y mil veces ante los sonidos de la guitarra de este gitano de pura cepa. Mi madre y yo, deseosas de aplicar lo aprendido en el curso de danza del vientre al que asistimos en la Escuela de Danza de Socuéllamos, no dudamos a la hora de lanzamos al centro del corrillo para bailar las alegres burlerías por las que se arrancó este buen hombre y no pudimos por menos que retirarnos del meollo cuando empezó con los tristes fandangos.
A las letras de desamor siguieron las de dolor, a secas. El dolor de no sentirse o de sentirse nada. El dolor de la patria y la ciudadanía, sea lo que quiera dios que sea eso. Y el dolor de la necesidad y el rechazo, claro. Mi madre y yo tuvimos a bien retirarnos del corro educadamente pues, por mucho que nos esforzásemos, nunca nos identificaríamos del todo con el sentimiento de despojo que allí se respiraba. Era el triste fandango del emigrante, con todo lo que ello supone. Un abrazo enorme, Saudade.
4 comentarios:
hola que tal? ya te dije que me encanto tu blog me parece muy original y divertido yo me lo imagino como si fuera una serie de television fantasiosa e imaginativa, espero que siguas como hasta ahora. felicidades. NONO
Sodade:
http://www.youtube.com/watch?v=uG1Rn_ADt28
Otro, pero enorme ¿eh?
Siempre joden al que ya está jodido, pero como luego se confiesan... no pasa nada. Te dejo un poema de Eduardo Galeano titulado LOS NADIES de su libro: EL LIBRO DE LOS ABRAZOS.
LOS NADIES
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Esperando que el mundo cambie alguna vez, un saludo, Montse
Gracias
Gracias
Gracias
:)
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