lunes, 18 de mayo de 2009

Cantera de prójimos

Menudo mayo, me dice Sonia que le dijo Laura al enterarse de lo de Benedetti. Sonia y Laura son amigas desde la infancia. Sonia y yo somos compañeras de vida y fuimos juntas a la universidad, a Laurita la conocí por Sonia. Ella y yo compartimos piso durante dos años. La mayor parte del tiempo vivimos con Alicia, una amiga de toda la vida con una sensibilidad especial que, por otro lado, no sentirá demasiado la muerte del poeta.

Tanto Mario Benedetti como Antonio Vega me llegaron por Álvaro. Bueno, es que por Álvaro me llegaron tantas cosas que yo no sé. De todos los que nos juntábamos en el descansillo de la residencia de estudiantes, sólo él y yo leíamos poesía (Carlitos era aficionado a la literatura medieval, recuerdo con nostalgia sus citas del Libro del buen amor). Yo apenas leo poesía ahora. A Álvaro se le daba bien la rima, ignoro si sigue con sus versos.

Otto me mandó un sms anoche para contarme lo del uruguayo y yo lo llamé nada más recoger la terraza de “El tragón”. Isabel me mandó un email con este enlace. Llevo días queriendo escribirle un email a Isabel para decirle que vivo en Calatrava, 56. Tercero A. En la habitación de Miri miri. Isabel , Otto y yo también fuimos juntos a la universidad. Isabel es y hace poesía. Tengo ganas de hablar con ella, pero nunca la llamo. Somos algo más que vacantes, pero nunca acabamos de acompañarnos del todo en la vida.

Elisa, mi uruguaya favorita, me ha dejado un mensaje en Facebook. A Elisa no le gusta la poesía pero es toda una patriota y se lamenta de que haya ido a morir una de las pocas figuras que consiguió dirigir la atención hacia el Uruguay. Porque Uruguay, como Teruel, también existe.

Roberto decía que no quería leer a otros poetas para no contagiarse de su estilo, porque quería mantener su sello personal. ¿Seguirá siendo Roberto un poeta de bragueta, como él mismo se hacía llamar? Roberto fue el quinto elemento. El quinto gato, que diría él. Podría decirse que Roberto y yo nos hemos perdido la pista.

En la etapa final del eterno final que hubo entre Alfonso imposible y yo, Mario Benedetti tuvo tanta presencia como Antonio Vega. Yo sólo quería saber si podía contar con él y, bueno, ya saben ustedes cómo acabó la historia. Ni hasta dos ni hasta cuatro, no pude contar él. Ni él, conmigo. Y ahora he quedado con Alfonso agnóstico que, como Laurita, Sonia, Otto, Isabel (quién sabe si Roberto) y yo, ha sentido la gran pérdida.

También ha muerto Benedetti, caracoles. Una verdadera tragedia para la poesía y para la humanidad en general y también una tragedia que me araña personalmente. Estoy jodida y radiante. Jodida porque, aunque lejos, los sentía bien cerca. Radiante, porque se han ido a morir justo cuando yo me ando volviendo a Ciudad Real con el objetivo de desmitificar los lugares. Antonio Vega o Benedetti. Y viceversa. También fueron grandes compañeros de vida durante mi primer Ciudad Real. Nacen, se mueren, se transforman o permanecen y la vida sigue.

A joderse o a radiar, ustedes deciden.

"quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa."


Quizá sin tácticas ni estrategias: joderse y radiar, es lo que toca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

snif...

es emocionante leer mi nombre en una de tus entradas..jeje

menudo mayo, si... yo todavía sigo en manga larga y con chaqueta.


la muerte es una joda :-)

Laurita

Sonia dijo...

No sé por qué he leído "la muerte es una joda" con tono de marisol en la vida es una tómbola, tom tom tómbola y ahora no me la quito de la cabeza!!!

Cuando te pienso en CR me dueles y al mismo tiempo me das ganas de vivir mucho más, cerca.

Me gusta cómo escribes, ¿te lo había dicho? Sacudes. Tu prosa sacude.

Y gracias por hacerme sentir un personaje de Dawson crece : )

Ya nos estamos viendo!

Sonia dijo...

De luz y de coloooooooooooooor... De luz y de colooooooooooooooor!!!

gg dijo...

Por mi habitación sigo teniendo, en un folio amarillo, el poema que me regalaste en un cumpleaños. Seguirá ahí por mucho tiempo. ;)