lunes, 4 de mayo de 2009

¿Qué no arreglará la paella de mi madre?

-¡México!

-¿Tú crees? Puede ser peligroso, mi’jita. Si hasta se han agotado las mascarillas.

-He hablado con mis cuates de Cuernavaca y, ¿sabes?, sólo uno de ellos utiliza mascarilla. Los demás dicen que esto del virus no es sino otra de las estrategias de su querido y corrupto presidente para distraer la atención de los ciudadanos.

No mames! pero si ha muerto un montón de gente, Nata.

-Yo te digo lo que me dicen. Y una cosa está clara, aún no se han hecho todas las pruebas pertinentes para saber realmente de qué se trata. Jo, y hay quien habla de pandemia… Hay que joderse, qué ganarán metiéndonos el miedo en el cuerpo.

-Pues ya lo sabes, es lo de siempre. Nos asustan para luego vendernos su seguridad: Ellos nos salvarán del terrorismo. Entras en un aeropuerto y con un sinfín de tediosos y a veces ridículos controles juegan a que tú te sientas más seguro. “Lo tenemos todo bajo control”. Y tú te relajas o, sencillamente, no te das ni cuenta porque no quieres pensar que si alguien quiere asesinar un avión lleno de pasajeros lo podrá hacer a pesar de ese sinfín de tediosos y a veces ridículos controles de seguridad. Porque hay tantas formas de matar como de vivir. Su estrategia es ésa, meterte el miedo en el cuerpo para luego proclamarse héroes de tu seguridad.

- Es lo que te digo, mama. Especialistas en la materia dicen que aún faltan datos para confirmar nada acerca de la gripe porcina; también dicen que a la industria farmacéutica le ha venido que ni pintado el supuesto virus y hay a quien le resulta sospechoso que, el 17 de abril, Obama y Calderón (presidentes de Estados Unidos y México respectivamente) se reunieran; el 23, se anunciase la epidemia y el 24, el G7 declarase ponerse manos a la obra para ayudar a las economías emergentes de todas, todas.

-Ves, en este caso no sabría yo qué decirte. La OMS no está compuesta por cuatro aficionados, hija. Dices que tus amigos mexicanos no usan mascarilla y salen a la calle alegremente, ¿verdad?

-Sí.

-No sé, tú misma lo dijiste entre bromas cuando empezó lo de la gripe: Si lo dicen desde México, habrá que dudar.

-Hey, eso sólo fue una broma, mama. ¡Qué pensarán los caracoles de mí!

-Aunque como te digo una cosa te digo la otra, Nata. “Juanes sin miedo” hay en todas partes, ¿me entiendes? Quiero decir que quizá esa gente que, como tus amigos, hace oídos sordos a las indicaciones oficiales forma parte de ese sector de la población que se limita a llevarle la contraria a todo o a ese otro que vive en el más absoluto relajo, sin preocuparse por nada.


-Puede que tengas razón pero, qué quieres que te diga, mis cuates son gente lista y yo me fío de ellos.

-¿Por encima de los informes de la oficiales?

-Jo, es que también muchos especialistas en la materia han dicho que aún faltan pruebas decisivas para saber de qué se trata.

-Pues habrá que ser precavidos, ¿no?

-No sé, mama, no sé.

- Ándale, nena, vámonos pa Cuerna.

-¡Yuju!

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