viernes, 22 de mayo de 2009

En primera persona: I can´t believe it

-¿Estás sordo? Te he dicho que a mí no me hables en inglés, imbécil.

- Lolo, tranquilízate, tío. Vete a la oficina, anda, yo me ocupo de él.

- Que no, Jose, que no. Este tío sabe español mejor que tú y que yo, lo que pasa es que quiere tocarme las narices y punto. A ver, dime, ¿qué le pasa a tu ordenador? ¿Tiene un virus, quieres que le hagamos la partición del disco duro, no puedes conectarte al Messenger? Dime, ¿qué?

- Oye, déjalo ya, eh. Dudo mucho que la paciencia de este hombre aguante mucho más y nuestro negocio no está como para ir dejando escapar a los clientes. Estoy hablando en serio, Lolo, pásate dentro, por favor.

- Eres un miserable, Jose. Tú no eres mi amigo. No tienes ni principios ni valores. Claro que, por otro lado, no me sorprende lo más mínimo. Tú sólo venías al Círculo de Bellas Artes para ver si alguna tía se encandilaba de tus aires de bohemio, todo lo demás te importaba una mierda. Me niego a que atendamos a esta persona a no ser que solicite nuestros servicios en español paladino.

- Sorry, excuse my friend, please. He isn’t having a good day, you know? Can I help you?

-¿Qué haces? Oye, estoy hablando muy en serio. No quiero volver a oír ni una sola palabra en ese maldito idioma o te vas a la puta calle.

-¿A la puta calle? Perdona, este negocio es tan tuyo como mío. Además, siento pinchar tu burbuja pero permíteme decirte que la llevas clara si pretendes que el mundo deje de hablar inglés -el idioma universal- sólo porque Carlota se haya ido con un irlandés. Tío, tienes que superarlo de una vez por todas.

-No tienes corazón, Jose. Me voy a casa, mañana hablamos.

No hay comentarios: