Cada día me sorprende más la cantidad de "cosas" que me está aportando este blog. Dejando a un lado los aspectos técnicos y la disciplina, puedo decir que la actitud "caracol" me sienta la mar de bien. No es que me vaya de maravilla, se trata más bien de la mirada que he aprendido a imprimir.
Uno de los puntos de origen de esta bitácora fue la necesidad de cambiar el contenido y el destinatario de mis textos, luego vino Arriba los corazones y, ahora, lo que sigue a continuación, por poner un ejemplo. Les hablo de amor porque así se ha terciado hoy pero tranquilamente podría aplicar ese esquema a cincuenta mil aspectos más -yeah-. El caso es que esta sana e inofensiva terapia que es para mí unmundomejor... me ayuda a superar las grandes tragedias del día a día. Les animo a que se animen.
También les hablo de desamor porque ayer me fue confirmado el motivo profundo de la imposibilidad del que era mi imposible. Se trata de algo realmente complejo que no sé si podré explicarles ya que intervienen infinidad de variables, entran en juego demasiados factores y la posibilidad de combinaciones y productos es, igualmente, ilimitada. Bueno, haré un esfuerzo en aras de la comunicación: quiere a otra.
Yo pensaba que si alguna vez ese truhán se atrevía a decirme lo que yo ya sospechaba me dolería mucho más. Claro que me ha dolido, me ha arañado. No obstante, a decir verdad, me da igual que sea por otra o por nadie, el caso es que a mí no me quiere y punto. La causa no es tan determinante, al menos para mí.
Supongo que tampoco me ha afectado en exceso porque ya hace tiempo que llegué a los dos últimos estadios de esta dolorosa situación: la aceptación total y absoluta de la derrota y el bonus track del final. ¡Sí, caracoles, había un bonus track al final de todo esto!
Después de tanta mierda, una pequeña recompensa me esperaba al final del callejón para indicarme la salida. La recompensa no era otra que una mirada al binomio sujeto imposible-sujeto dolorido desde una perspectiva tal que sólo puedo sentir la asunción de la derrota como la más resplandeciente de las victorias.
Y también he ganado un concurso de cartas de desamor.
Tchüs!
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 13 horas
3 comentarios:
Me lee el pensamiento pequeño caracol!
hete aquí que yo andaba camino de la universidad pensando en la posibilidad de que mi sujeto imposible (me encanta tu teoría) me hubiese cambiado por otra, lo que es peor, por una choooniiii(de esas que salen los jueves con zapatitos blancos y minifaldas imposibles)y después de 5min de ardua discusión entre mi yo modosito y mi yo peleón he llegado a la misma conclusión que usted: "no me quiere a mí y eso es lo que importa"
y 5min más tarde, ayudada por el piropo de un electricista del aulario...he llegado más allá...porque escribo esto convencida de que él se lo pierde...
y como te conozco un poquito puedo usar el plural...así que, ELLOS SE LO PIERDEN...ya te mando un albañil vÍa mail para que te convenza...
iba a usar aquello de que los caracoles sacan los cuernos al sol pero me he dado cuenta de lo desafortunado de la metáfora, ejem ejem...
eliminemos la palabra y digamos que a los caracoles les encanta el sol y por fortuna, ¡¡¡estamos en primavera!!!!...;p
jaja, en efecto, la metáfora tiene uñas...
No me ha llegao el albañil :)
Pues eso.
Pues doblemente enhorabuena, Nata. Primero por tu premio y segundo por asumir la realidad aunque no sea como te hubiera gustado. Y suscribo lo que dice mayte Él se lo pierde porque podrá encontrar otra como tú pero mejor seguro que no. Además, como me dijo una vez mi hermana Esther, por mucho que quieras alguien nunca puedes quererlo más que a ti misma, y otra cosa, por mucho que quieras a alguien si ese alguien te hace sufrir no merece la pena quererlo. Añado otra cosa que dice siempre mi madre, ya sabes que las madres son las más sabias aunque no hayan ido a la universidad porque han aprendido en la universidad de la vida. Pues eso, mi madre dice dos cosas: 1) Con las mismas perras te echas otro y 2) Hay ojos que se enamoran de legañas.
Un beso y a disfrutar de la primavera. Montse
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